La historia del famoso Muro de Berlín
Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, Alemania quedó dividida en varios sectores. Existían malas relaciones entre comunistas y aliados, y esto provocó en nacimiento de dos monedas, dos ideales políticos y, en definitiva, dos alemanias.
Por lo tanto, se formó
el conocido Muro de Berlín, uno de los símbolos de la Guerra Fría, que formó
parte de la frontera interalemana a partir del 13 de agosto de 1961. Dicho muro
separaba la zona oeste de la ciudad, encuadrada en los ideales económicos de la
República Federal de Alemania, de la capital de la República Democrática
Alemana. Estas repúblicas surgieron por la rivalidad existentes entre los
bandos.
La República Federal Alemana (RFA), estaba formada por las regiones estadounidense, francesa y británica.
Con motivo de esta unión, la URSS reaccionó con el establecimiento de la República Democrática de Alemania (RDA).
La causante de la
aparición de este muro fue la República Democrática de Alemania, para evitar
así las posibles agresiones del bando opuesto.
La extensión del muro
fue de unos 155 kilómetros y en su elaboración participaron entre 40.000 y
55.000 trabajadores.
Hubo multitud de
intentos de fuga por parte de los ciudadanos de la zona comunista, lo que
conllevó a la URSS a destinar multitud
de recursos económicos para asegurar la frontera. En primer lugar, se creó una
tapia interior y se instalaron zonas de seguridad, conocidas como
<<franjas de la muerte>>. Éstas eran patrulladas durante 24 horas
por policías, que contaban con armas, fusiles…
Como consecuencia,
entre más de las 100.000 personas que intentaron huir entre 1961 y 1988, más de
600 murieron en el intento. A pesar de todos los inconvenientes y de la
seguridad que ostentaba el muro, más de 40.000 personas lograron escapar.
A medida que el tiempo
transcurría, eran mayores los deseos de democracia por parte de los ciudadanos
de Berlín Oriental. A este hecho, se sumó que la URSS comenzó a caer y, por su
parte, el presidente del Consejo de Estado de la RDA dimitió.
Hubo manifestaciones
solicitando reformas en el sistema y, ante esta presión, el gobierno decidió el
9 de noviembre de 1989 la apertura de las fronteras.
Ante esa noticia, miles
de alemanes se acercaron al muro y se abrieron algunos pasos fronterizos.
Muchos ciudadanos se encargaron de destruir el muro con sus propios medios o de
traspasarlo escalando.
La apertura entre las
dos alemanias se hizo definitiva al día siguiente, 10 de noviembre de 1989, 28
años después de la construcción del muro que las separaba.
A pesar de la caída, la
reunificación política de los Estados se proclamó casi un año después, el 3 de
octubre de 1990, fecha en la que la RDA se une a la RFA, lo que conlleva a su
desaparición.
La caída del Muro de Berlín fue, entre otros, el motivo que marcó el declive de la URSS, del
comunismo y de la Guerra Fría.
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