Comentario político-económico sobre Estonia

Estonia es un país báltico situado en el norte de Europa con capital en Tallin. Dicho país posee lazos históricos y culturales con Escandinavia. 

Cabe destacar que, durante el siglo XIX, surge un movimiento nacionalista estonio que se manifestó cultural y políticamente. 

El país entró en un período de crisis económica y en la década de 1930 su democracia parlamentaria se turnó a un régimen casi dictatorial.

En esta misma década se estableció en los protocolos secretos del Pacto Soviético-Alemán que Estonia y sus vecinos quedarían en la zona de influencia de la Unión Soviética, con la imposición de un gobierno a manos del Partido Comunista local, por órdenes de Stalin.

Estonia fue ocupada durante la I Guerra Mundial  por Alemania en julio de 1941. Los alemanes saquearon el país en base al esfuerzo de la guerra y desataron el Holocausto judío en tierras estonias. Mientras duró esta ocupación, Estonia fue incorporada a una provincia alemana (más información aquí  ) Posteriormente, fue reconquistada por las fuerzas soviéticas en 1944.

Dicha ocupación durante 45 años por parte de la Unión Soviética derivó en un crecimiento económico y social negativo, siendo casi nulo en comparación con otras economías de su entorno, con las que Estonia estaba a la par antes del comienzo de la II Guerra Mundial.

Por otra parte, las manifestaciones nacionalistas aumentaron considerablemente a partir de 1986, lográndose así la independencia en 1991. En este mismo año, Estonia ingresó en la ONU y estableció la corona como su unidad monetaria. (Más tarde, a partir de 2011 ingresó en la eurozona y adoptó el euro como unidad monetaria).

Actualmente, Estonia mantiene el sistema de gobierno republicano, con Kersti Kaljulaid  como presidente y Jüri Ratas como primer ministro.

Su economía tiene un cierto grado de industrialización, pero se necesita una profunda reconversión, que se está logrando gracias a las ayudas procedentes de la UE.

Después de las dificultades experimentadas por la transición de su sistema económico, ha apostado a la liberalización de la economía.

Desde mediados de los noventa, se ha optado por las tecnologías de la información. Estonia está a la cabeza de Europa en el sector de las TIC, siendo este mismo uno de los sectores de mayor relevancia en el PIB del país.

El banco mundial  nos ofrece que el PIB per cápita de Estonia se sitúa en 17.074,9 USD, consiguiendo con esta cifra ser el más alto de las repúblicas exsoviéticas.

En la actualidad, Estonia es un país en constante crecimiento económico, con unas elevadas inversiones en educación y en I+D, además de ser un país con bajos índices de corrupción.